LLAMADOS A LA SANTIDAD

LLAMADOS A LA SANTIDAD

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“Hijos míos, también vosotros podéis ser santos, eso depende de vosotros. Santos son aquellos que aman sin medida al Padre Celestial, aquellos que lo aman sobre todas las cosas. Por eso, hijos míos, procurad siempre ser mejores. Si procuráis ser buenos, podéis ser santos, sin pensar que lo sois. Si pensáis que sois buenos, no sois humildes y la soberbia os aleja de la santidad”.     (2 de diciembre de 2017 en Medjugorje)

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«Dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los ganados y los reptiles de la tierra”. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó, varón y mujer los creó.» (Gen 1,26-27)

Creados por Amor y para Amar, ese es el sentido de nuestra vida. Vida que se nos ha regalado por un Dios Creador que es nuestro Padre. No somos alguien más, tenemos una identidad. ¡HIJOS DE DIOS!

 “Hijos míos, no lo olvidéis: cada uno de vosotros es un mundo único ante el Padre Celestial; por eso, permitid que la obra incesante del Espíritu Santo actúe en vosotros” (2 de mayo de 2016 en Medjugorje)

¿Qué quiere María, nuestra Madre, para sus hijos? Ella viene porque Dios, en su infinita Misericordia, la envía a ayudarnos, nos enseña, nos muestra el camino a seguir que muchos habíamos olvidado o no conocíamos. Ella sabe que necesitamos de una conversión profunda y nos llama a esto, a nuestra Felicidad.

Por eso nos pide vivir 5 pilares, que se conocen como las 5 piedras:

Oración con el corazón. Ella nos pide rezar cada día las tres partes del Santo Rosario (misterios gozosos, dolorosos y gloriosos). Nos invita a orar 3 horas diarias, incluyendo en ese tiempo la Santa Misa, y también nos habla de la importancia de orar en familia.

“Cada familia debe orar unida y leer la Biblia” (14 de febrero de 1985)

Lectura de la Biblia. Nos invita a poner la Biblia en un lugar visible en nuestros hogares para que nos estimule a leerla.

Confesión, al menos, una vez al mes. Podemos acudir a este sacramento de la Misericordia de Dios cada vez que nuestra alma lo necesite. Para que la confesión vaya transformando nuestro corazón es necesario vivir 4 pasos: prepararnos adecuadamente mediante el examen de conciencia, pedir al Señor arrepentimiento profundo de nuestros pecados, tener propósito de enmienda (de no volver a pecar) y cumplir la penitencia impuesta por el confesor.

Si miro a Jesús en la Cruz, ¿cómo podré negarle mi corazón?

Eucaristía. Ella es la vida de nuestra alma. La Santa Misa ha de ser el centro de nuestra vida y, por tanto lo más importante del día. Debemos prepararnos bien a recibir la Sagrada Eucaristía. ¡Es Dios mismo al que recibimos! Por este motivo sería muy bueno prepararnos antes de su comienzo abriendo nuestro corazón con oración, tenemos que estar en Gracia (no estar en pecado mortal) y guardar el ayuno que manda la Santa Madre Iglesia (no comer nada mínimo una hora antes de la Santa Comunión). En siglos pasados era costumbre ayunar desde la medianoche antes de recibir la Eucaristía.

Y yo, ¿quiero ser santo?,¿vivo este tiempo que se me concede aprovechándolo al máximo?

Ayuno a pan y agua los miércoles y viernes. El ayuno era una práctica habitual en los primeros cristianos.

Este ayuno nos ayuda a la renuncia interior para poder reconocer el Amor de Dios en nuestra vida, nos ayuda a liberarnos de las cosas terrenales y aspirar a las celestes. Los frutos del ayuno son: alegría profunda, humildad, pureza y paz.

Esos días de ayuno también estamos invitados a permanecer más tiempo en oración, pudiendo renunciar a la televisión.

“Jesús mismo nos ha mostrado con su ejemplo que la oración y el ayuno son las armas principales y más eficaces contra las fuerzas del mal (cf. Mt 4, 1-11) y ha enseñado a sus discípulos que algunos demonios solo se expulsan de este modo (cf. Mc 9, 29).

Confiemos en nuestra Madre, consagrémosle nuestro corazón y empecemos a caminar junto a Ella. No podemos vivir el primer día todo lo que nos pide, pero sí poco a poco. Imploremos la Gracia de la perseverancia. Dios hace todas las cosas nuevas.

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